Ser o no ser, esa es la cuestión.

Un dicho del saber popular afirma que, “No ofende quien quiere sino quien puede”.

A la salida de mi entrevista censurada por youtube, para proteger a las débiles mentes de los ciudadanos, supe que una “persona”, había trasladado a Jose Luis un comentario, breve y simple que no sencillo, “¿De dónde has sacado ese ser? Un comentario que había realizado tras haber visto tan solo unos minutos de la entrevista y que pretendía ser a su manera jocoso, e insultante para quien escribe estas líneas, a más de un cierto toque de atención al autor de la entrevista.

El término “ser”, no es casual, es uno de esos “conceptos” que la dictadura del pensamiento débil está implantando entre los adocenados en su proceso de simplificación del lenguaje hasta llegar a la neolengua tan bien descrita por George Orwell en su novela 1984.

Este y otros términos como terraplanistas, negacionistas o antes fachas, son parte de una estrategia de control mental del sistema basado en originar rechazo ante todo aquello que discrepe de su discurso oficial, mediante el uso de las técnicas de propaganda, que describo en detalle en el libro. De esta forma y gracias a la lógica de la pecera que tan bien cala entre las mentes débiles, se desdibuja y caricaturiza las opiniones más absurdas, a las que se califica con un término negativo, que al final en el subconsciente de los inconscientes, acabe generalizándose y relacionándose con todo aquello que ataca a su esquema de creencias implantado en su cerebro, a base de posverdad y sentimentalismo, logrando que rechace todo aquello que discrepe con la doctrina impuesta, como si de un fanático se tratara, incapaz de asumir nada ajeno a su secta.

El termino Ser, no es más que la forma moderna deshumanizar a los “enemigos del pueblo” para hacernos más fácilmente eliminables. Los nazis usaban el término ratas para referirse a los judíos, y los hutus el de cucarachas contra sus rivales tutsis. Evidentemente hoy la guerra se ha trasladado desde lo físico a lo psicológico, y no se trata de matar el cuerpo, sino la mente, y en este caso destruir, (cancelar en neolengua) a la persona destruyendo su aceptación social.

De esta forma, igual que los totalitarismos fuertes del siglo XX lograban que sus ciudadanos aceptaran e incluso acabaran asimilando su ideología y obedeciendo fanáticamente mediante la amenaza del gulag o el campo de concentración, el totalitarismo débil que nos domina, amenaza con la exclusión social a quien diverge, siquiera milímetros de su doctrina.

Pero no han podido elegir un término más desafortunado para descalificar y deshumanizar a los disidentes. Ser, significa existir, y lo contrario, lo que serian por tanto los mansos que sumisamente se someten al Poder por su miedo a ser libres, seria inexistir.

Porque ser Humano, homo sapiens sapiens, significa razonar, tomar decisiones, ser dueños de nuestra vida, existir. Vivir una despreocupada vida de estulticia e ignorancia, dejando que otros decidan y obedeciendo sumisamente sabiendo que así se hace lo correcto según lo define su dueño, no es existir, al menos desde una perspectiva humanística. Tan sólo es ser ganado al servicio y beneficio de su propietario físico e intelectual.

“No ofende quien quiere sino quien puede”. Con 2 carreras universitarias, 3 masters y otros títulos de extensión universitaria por un total de más de 12 cursos universitarios, a más de mi formación y experiencia en la milicia, me resulta difícil sentirme ofendido o culpable por el hecho de existir, vivir al fin y al cabo. Es triste la facilidad con la que el superestrutura social ha conseguido alienar y alinear de a uno a las masas ignotas para que marchen a pie firme por la delgada línea del pensamiento único hacia el matadero de la mente mientras los medios de comunicación afines tocan su música de violines.

¿No ves que la finalidad de la neolengua es limitar el alcance del pensamiento, estrechar el radio de acción de la mente? Al final, acabaremos haciendo imposible todo crimen del pensamiento. George Orwell 1984

E.Goldstein