Sobrevivir al apocalipsis zombi. Cuando pensar se convierte en un peligro

 

Sobrevivir al Apocalipsis Zombi
Cuando pensar se convierte en un peligro 

De la granja a la mesa. Dame veneno que quiero morir
La nueva Política agraria común, aprobada en 2022  ha recibido el nombre populista de, “de la granja a la mesa”, un eufemismo que espera impactar positivamente en las desinformadas sociedades de la UE, agradando sus oídos y llevándoles a creer que realmente nuestros amados lideres desean una mejora de la calidad alimentaria, cualitativa y cuantitativa. Nada más lejos de la realidad.
Lo que se esconde tras tanta deliberada ambigüedad léxica, es la imposición de una nueva estrategia agraria diseñada por burócratas desde sus cómodos despachos, deliberadamente ignorantes de la realidad del sector primario, y fundamentada en imponer al campo las doctrinas ecoterroristas, amparadas en la ideología del cambio climático, a toda costa y todo coste, sin considerar las consecuencias socioeconómicas que ello pueda ocasionar tanto en el sector como a los ciudadanos. Se hace además en contra y ocultando los informes que cuestionan su eficacia y advierten de sus efectos negativos.
De esta forma, se pretende imponer unos modelos de producción agrícola y ganadera que conllevaran una reducción de la producción alimentaria, siendo incluso cuestionable que ello abunde en una mejor calidad.
Bajo la dictadura y la cobertura del ecologismo, se presentan unos objetivos incompatibles a sabiendas de su irrealidad.  Así, se pretende reducir el uso de fertilizantes, fitosanitarios o antimicrobianos, y aumentar la producción “ecológica”, al tiempo que se dice querer garantizar la autonomía alimentaria, las rentas de los productores y el precio para los consumidores.  Todo ello reduciendo las ayudas a los productores e imponiendo un 10% de tierra en barbecho. Una cuadratura del círculo imposible y que además es un descarado engaño y traición hacia la sociedad que será, una vez más, la que tenga que pagar las consecuencias de dicha estrategia.
Porque la realidad al final siempre se impone sobre los deseos, por muy buenistas o deseables que pudieran parecer. Esta estrategia, tal y como diversos informes alertan, provocará una reducción de la producción, y por tanto de la independencia alimentaria, que se verá obligada a depender por tanto de importaciones de otros países, a los que no se hará preguntas de su modelo productivo, la seguridad y trazabilidad, o las emisiones generadas. Más aún, deberá asumirse los costes económicos y ambientales de su transporte, “de la granja a la mesa”. Pero además el aumento de los costes puede suponer a la larga la ruina, o cese  de la actividad de toda o buena parte del sector, sin reemplazo, aumentando  el abandono del campo, la famosa “España vaciada”, e incrementando así el riesgo del desabastecimiento y dependencia exterior, con las consecuencia que ello pueda tener en el acceso a los alimentos tanto en cantidad, como en calidad y precio. Todo ello sin contar con eventualidades de todo tipo que puedan condicionar la evolución de las cosechas propias y ajenas.
Pero lo cierto es que esta estrategia no tiene nada de cándida o bienintencionada. Tan sólo es una cobertura a su estrategia del control alimentario, y el control social a través de la alimentación. En realidad no es más que un instrumento dentro de su ingeniería social que trata de desplazar progresivamente la “Ventana de Overton” de lo deseable a lo asumible, y luego a lo inaceptable por parte de la población en materia de consumo alimentario.
Y es que el miedo y el hambre, o el miedo al hambre, son poderosos medios de control social, igual que eliminar las necesarias proteínas, especialmente de origen animal de la dieta de los ciudadanos. Así, progresivamente iremos pasando del veganismo como moda progre, a ser una ideología, y de allí al señalamiento y la imposición progresiva, primero a través de cuotas y luego…  Y si hace falta complementar la dieta, ya empiezan a promover, incluso en los libros de texto para niños, las bondades de consumir insectos, y de allí a alimentar a las masas con barritas de “Soylent Green” solo hay un paso.
En realidad, el ecoterrorismo y el calentamiento global, que amenaza con achicharrarnos vivos a todos, no es más que la coartada para justificar semejante crimen. Sin entrar a considerar los fundamentos de las teorías al respecto, ni las verdaderas intenciones y objetivos de quienes las promueven, sus propios datos muestran el escaso beneficio real que estas medidas, al menos como se han presentado, tendrán sobre la reducción global de los gases de efecto invernadero, e incluso sobre el sector agrícola mundial, teniendo en cuenta que el resto de países seguirán con sus modelos agrícolas y ganaderos. ¿O acaso espera la UE que 7000 millones de personas se alimenten con amor, esperanza y sueños?. Todo ello da para un análisis separado y minucioso en una próxima entrada.
Y es que, como ya expuse en el libro 3 tardes mas de Economía, el modelo económico que se pretende imponer con la excusa del miedo al calentamiento global, dista mucho de ser eficaz y eficiente, siquiera en su pretendida intención de ser ecológico. Tan sólo tiene el objetivo de servir a los fines e intereses de una elite globalista y su agenda 2030, cuyo sospechoso lema es “no tendrás nada y serás feliz”, un ejemplo de la sublimación de la alienación social y la pérdida absoluta de la libertad individual. Y es en este contexto en el que debe enmarcarse esta nueva doctrina para el sector primario. Un veneno lento que la sociedad ha sido prepara para aceptar de forma sumisa y complaciente, a través de un proceso inicial de infantilización y dependencia de “Papa Estado”, que ahora se ha transformado en un proceso de idiotización a través de los medios y las RRSS.
Es tan evidente que las elites y capas altas de la sociedad podrán costearse alimentos variados y de calidad al precio que sea preciso, como que las políticas económicas de la UE arrojan hacia la pobreza y la dependencia, el mal llamado “Estado del bienestar” a la mayor parte de la ciudadanía. Un campo abonado a la necesidad alimentaria y a aceptar cualquier cosa que se les suministre para saciar su hambre.
Y mientras los burócratas que dirigen la dictadura de facto de la UE hacen el trabajo sucio como fieles lacayos de sus amos, en España la clase política calla, otorga y acepta sumisa. Ningún partido político, y no digamos los medios de comunicación, está trasladando a la sociedad los riesgos que las políticas impuestas desde Europa tendrán, y de hecho ya están teniendo, en la ciudadanía. El aumento del precio de los suministros está arruinando el sector, y haciendo que muchos reduzcan el tamaño de sus producciones o abandonen la actividad. Y el problema es que no hay relevo.
Desde hace décadas la sociedad ha minusvalorado y despreciado la importancia del sector primario, acostumbrada a acudir al supermercado a comprar alimentos, cada vez mas procesados, sin preguntarse cómo llegan “de la granja a la mesa”. Hoy muchos niños pensarán que la leche procede del tetabrick, o que se fabrica igual que se hace su smartphone, y quién sabe si así será en un futuro próximo, como muestra los intentos de desarrollar y promover la carne artificial. Pero sin embargo, su impacto social supera con mucho su porcentaje en el PIB y la población empleada. Es un sector estratégico de primer orden, y su importancia incluso trasciende su mera función de proveedor de alimentos, dado que son quienes se ocupan y preocupan de que nuestros campos y bosques estén bien cuidados, porque ellos son los primeros en sufrir las consecuencias de su abandono. Es presuntuoso y temerario que los mal llamados ecologistas urbanos, traten de dar lecciones e imponer desde su absoluta ignorancia transformada en peligrosa estupidez cómo ellos deben gestionar el campo. Así, surgen políticas tan nefastas e insensatas como la de gestión forestal o protección del lobo, que acaban teniendo el efecto contrario al pretendido, o al menos al sugerido. ¿Acaso la gente del campo se ocupa y preocupa de gestionar cómo deben funcionar las ciudades?
La Historia de la Humanidad se fundamenta en la agricultura y ganadería. Fue su desarrollo lo que permitió el sedimentalismo y el inicio de las grandes civilizaciones, y la gran revolución agrícola de los siglos XVIII y XIX la que permite el desarrollo de la revolución industrial. Y 2 siglos después parece que la Europa “progresista” pretende iniciar un camino inverso que tan solo puede traer miseria y pobreza a la sociedad.
Fracois Revel definió la ideología como una triple dispensa. La dispensa intelectual, consiste en retener sólo los hechos favorables a la tesis que se sostiene, incluso en inventarlos totalmente, y en negar los otros, omitirlos, olvidarlos, impedir que sean conocidos. La dispensa práctica suprime el criterio de la eficacia, quita todo valor de refutación a los fracasos. Además, fabrican explicaciones que los excusan. En muchos casos tan solo una pura afirmación, a un puro  acto de fe. La dispensa moral abole toda noción de bien y de mal para los actores ideológicos; o más bien, el servicio de la ideología es el que ocupa el lugar de la moral. Sólo desde este esquema ideológico puede entenderse semejante despropósito impulsado por el fundamentalismo doctrinario de la izquierda europea, pero con la inacción del resto del espectro político, que no parece ser consciente aún de la transcendencia de dichas políticas en particular, y del sector primario en general.
«No te acerques a una cabra por delante, a un caballo por detrás, y a un tonto por ningún lado”  -Proverbio Judío-
Propuestas de la estrategia de la granja a la mesa (entre otras)
Reducir para el año 2030 un 50 % el uso de fitosanitarios
Rebajar como mínimo un 20 % el uso de fertilizantes
Disminuir un 50 % las ventas de los antimicrobianos utilizados en la ganadería y la acuicultura,
Alcanzar un 25 % de la superficie total agraria de la Unión europea para agricultura ecológica.
Dejar el 10% de las tierras a Barbecho
Con un recorte de 5000 millones de euros para el campo Español
Enlaces de interés
 
Copa-cogeca
https://copa-cogeca.eu/Archive/Download?id=3959883&fmt=pdf
https://copa-cogeca.eu/Archive/Download?id=3937063&fmt=pdf
https://copa-cogeca.eu/Archive/Download?id=3937063&fmt=pdf
https://copa-cogeca.eu/Archive/Download?id=3936498&fmt=pdf
Marta García. Ganadera y Diputada Cantabra
https://fb.watch/bjwJlJuQRh/
https://fb.watch/bjxwQ3vVeo/
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