Sobrevivir al apocalipsis zombi. Cuando pensar se convierte en un peligro

Orgullo” y prejuicio

Un sabio refrán español refiere que, “dime de que presumes y te diré de que careces”

Una de las características más evidentes de neomarxismo cultural progre que sustenta la ideológica del pensamiento débil, es su pretendida superioridad moral, en realidad consecuencia de su propia dispensa moral, tal y como bien explicó Jean Francois Revel.

De esta forma, la mal llamada progresía se considera en el derecho de establecer el bien y el mal.

Para ello no dudan incluso en usar y desnaturalizar el lenguaje como instrumento ideológico, tal y como ya he referido en varias ocasiones.

Buscar dar a las palabras un sentido positivo o negativo, y que este en imaginario social se asocie a determinados comportamientos buenos o malos, creando estímulos determinados de igual forma que Paulov hizo con su perro, la comida y su campanilla.

Este es el concepto que los ingenieros sociales de la progresía tiene de la población, o al menos de la parte carente ya de su inteligencia emocional, y por tanto vulnerable a su ataque cognitivo.

Quizá unos de los exponentes más evidentes de las políticas progres con las que se busca destruir los fundamentos de la Sociedad, son el denominado colectivo LGTBI… y más

Conviene no confundir dicho movimiento ideológico con el conjunto de personas de tendencia no heterosexual, a los que dicen representar, de igual forma que es injusto asociar al sexo femenino en su conjunto con el hembrismo radical que pretende arrogarse su representación.

Evidentemente hay muchas personas no heterosexuales que no se sienten identificadas con las actitudes, comportamientos y dogmas que defiende este movimiento ideológico, y que llevan una vida normal y satisfactoria, sin tener que desnudarse o andar en cueros por la calle, tatuarse todo su cuerpo y ponerse aros en las orejas o insultar a las mujeres con sus exageradas imitaciones de sus maneras y gestos.

Y por supuesto sin necesidad de sentirse en la necesidad de victimizarse para exigir privilegios ni participar de las actividades de degradación moral que impone la ideología “de-género”.

Hace unas semanas, se celebró el antes llamado día del Orgullo gay, luego Orgullo LGTBI, y ahora simplemente día del Orgullo, como si ese término fuera ahora exclusivo de dicho movimiento.

Por supuesto al parecer ello debe ser aceptado, respetado y apoyado sin fisuras por toda persona “de bien” con manifiestos actos de adhesión, so pena de ser catalogado de homófobo y por supuesto “extrema derecha”, como se dice ahora que el termino facha está tan trillado.

Nadie tiene derecho a cuestionar los actos con los que celebran y manifiestan su “orgullo”, por degenerados, sectarios o patéticos que sean. Respeto ante todo.

Ello me hace reflexionar sobre cómo la progresia ha logrado degradar un concepto como es el que define la palabra orgullo, igual que prostituye cualquier cosa que toca.

Porque, ¿Qué es el orgullo?, ¿De que puede uno sentirse orgulloso?

El orgullo puede entenderse de dos maneras diferentes. Una peyorativa, como un comportamiento o conducta general en la vida, que pasa por tener un concepto sobrevalorado de uno mismo. Y otro positivo como un estado emocional de satisfacción por haber conseguido hacer algo relevante en la vida que se considera relevante.

Uno puede sentirse orgulloso de haber acabado unos estudios, inventar algo, ser premiado, haber logrado un éxito deportivo, o un desafiante reto físico.

A veces indirectamente se puede referir al orgullo que se puede sentir por los éxitos de otros, a los que se considera vinculado emocionalmente. Es decir, se puede estar orgulloso de tener un hermano que ha ganado un merecido premio, o de que tu equipo favorito haya ganado un campeonato, por ejemplo.

Sin embargo, ser no heterosexual, en principio, no es ningún logro en la vida, tan sólo una circunstancia natural. Como lo puede ser la altura, el color de ojos, o la posición social de la familia en la que se nace.

Uno puede sentirse satisfecho, incluso contento de ser alto, guapo o cualquier otra cualidad intrínseca que considere positiva, pero no orgulloso, y uno puede asumir su defectos y aceptar sus limitaciones en base a su autoconocimiento. Pero ello no es motivo de orgullo a no ser que se entienda desde su sentido peyorativo.

Incluso en los casos cada vez mas frecuentes de personas que adoptan conductas no hererosexuales, por mera moda o sugestión social, es difícil entender que ello en si mismo sea motivo de orgullo, como tampoco de desdoro.

En este caso además se pretende con ello normalizar conductas absolutamente inmorales, indecentes y depravadas, que al parecer todos debemos, ya no tolerar, sino respetar, tan sólo porque ellos se sienten orgullosos de haber logrado imponernos sus exhibición pública.

Por tanto sólo puede entenderse ese orgullo no desde la perspectiva de la condición sexual, sino del orgullo respecto a esas conductas que muestran.

Y aquí no conviene confundir conducta con tendencia.

Tener una tendencia no heterosexual, o como dicen ahora, no hetero-normativa, no implica que uno tenga necesariamente que aceptar realizar conductas demostrativas externas provocadoras, irrespetuosas, denigrantes y vergonzantes, que nada tienen que ver con la opción y conducta sexual que cada cual practique en su intimidad, y que a muchos no heterosexuales “normales”, es a los primeros que indigna.

Dar por hecho que quien no acepte ciertas conductas externas degradantes que pretende imponer el colectivo LGTBI, que no las personas no heterosexuales, es homófobo, es un ejemplo de pura simpleza intelectual, y un insulto a la inteligencia por parte de quienes lo alientan.

Y sin embargo desde los medios de comunicación se hace un esfuerzo por trasladar a población que dichas conductas aberrantes, y que son un insulto para la propia comunidad no heterosexual, son motivo de orgullo y satisfacción, y que no sólo deben ser aceptadas, sino también respetadas y normalizadas.

Pero además, la apropiación indebida e inadecuada del término, implica una falta de respeto a la mayoría social que no sigue esas conductas, que no tendencias, que ellos pretenden normalizar.

Pretender que esas conductas externas irracionales y depravadas son motivo de orgullo, es casi como transmitir que no tener dicha tendencia sexual y seguir otras conductas de comportamiento no lo es.

Porque todo anverso tiene su reverso. Cuando se está orgulloso de algo implícitamente rechaza como vergonzante, o cuando menos de menor valor, aquello que su antítesis.

Si ahora los medios pretendieran imponer el relato de alabanza y orgullo que tienen que sentir los analfabetos, incluidos los funcionales, e ignorantes profundos por su estado y condición, y su resistencia a cualquier esfuerzo por remediar su estulticia, alabando su pereza y su disposición a malgastar su tiempo en ocio y diversión, aceptando que la culpa de su falta de progreso en la vida es de quienes les discriminan por su forma de ser y actuar, y exigiendo privilegios y cuotas en puestos de responsabilidad…., uf creo que eso ya está pasando. ¿Acaso implícitamente no seria una falta de respeto, aprecio y consideración a quienes se han esforzado en la vida por alcanzar las mayores cotas de Saber, Conocimiento, y reconocimiento profesional?

Si las conductas, que no tendencias, que muestran las personas que engloba el colectivo LGTBI… , son motivo de orgullo, y por tanto respetables ¿lo son para ellos también aquellas otras que están en su antítesis?

La respuesta es un rotundo NO.

Y es que curiosamente,aquellos que tanto respeto piden para sus conductas aberrantes y excentricidades so pena de calificar a cualquier critico de homófobo e incluso criminalizarlo bajo el pretexto del supuesto, difuso y selectivo delito de odio, precisamente muestran una profunda falta de respeto hacia otras conductas y comportamientos que consideran “tradicionales”.

Ello se centra especialmente en la religión cristiana y la “familia tradicional”, así como los principios y valores morales sobre los que se edificó la civilización occidental.

Es decir, piden un respeto que ellos no tienen hacia los demás.

Sin embargo, no conviene engañarse. El movimiento LGBTI… no es mas que un mero instrumento del Pensamiento Débil y la ideología neomarxista progre. Sus conductas y su ataques contra aquellos colectivos que la progresía considera obstáculo para imponer sus objetivos de destrucción de la cohesión social, un medio para lograr sus fines.

No es de extrañar por tanto que mientras realizan perfomances humillantes e irrespetuosas contra la religión cristiana, ataquen furiosamente a cualquiera que cuestione a los efectos de la inmigración indiscriminada de población musulmana a Europa y justifiquen actos execrables de dicha comunidad, obviando que esos mismos musulmanes les tirarían de las azoteas si pudieran.

No ya por las conductas depravadas que adoptan un parte, sino por su mera condición sexual

Ello es una muestra del profundo grado de indigencia intelectual en que está sumido ese colectivo infectado del virus progre, que ha destruido su capacidad de raciocinio, siendo esclavos de sus creencias implantadas y emociones sobrestimuladas que dominan su primario sistema límbico cerebral.

Y si embargo, la mayoría social se supone que no sólo debe aceptar sumisamente sus irracionales conductas y provocaciones, por pervertidas o irracionales que sean, sino además respetarlas, e incluso permitir que sean promovidas entre niños y jóvenes, fomentando así su difusión a través de la programación neurolinguistica.

De esta forma cada vez estamos mas cerca de hacer realidad la reflexión atribuida a Dostoyevsky.

La tolerancia llegará a tal nivel que a las personas inteligentes se les prohibirá pensar para no ofender a los idiotas”.

PD.

Mientras me encontraba ultimando esta entrada, se ha celebrado este viernes 26 de Julio la inauguración de la JJOO de París de 2024, refrendando las reflexiones aquí expuestas en unos actos cuya única función era servir a mayor gloria de la ideología Woke/progre.

Esto es así que más que una ceremonia en interés de ensalzar el deporte y los participantes en el evento, parecía un evento del “orgullo” no heterosexual, incluidas aberrantes escenas de parodia de eventos sagrados, y a niños bailando mezclados con transexuales, entre otras lindezas.

Con la excusa de la pretendida inclusividad, y al amparo de un patético victimismo exacerbado de por una instigada hipersensibilidad, una minoría permite ofender a una buena parte de la sociedad,

Una vez mas han instrumentalizado y arruinado un evento de prestigio mundial para ponerlo al servicio de sus intereses ideológicos. Eso si, con el dinero de los contribuyentes, en este caso franceses, incluida la enorme masa social insultada en el espectáculo.

Es curioso que a pesar de pretender ser un ataque a los cimientos de los principios que fundamentan la cultura europea y un insulto a su mayoría social, sean los musulmanes quienes se han atrevido a expresar con mayor contundencia pública su indignación por el ataque a Jesucristo, considerado uno de los principales profetas de su religión.

Ello merece dos reflexiones adicionales.

En primer lugar, qué hubiera pasado si los organizadores del evento, por cierto militantes del movimiento LGTBI…, se hubieran atrevido a ofender a los musulmanes.

Y en segundo lugar, y en un plano mas estratégico, en qué medida estos actos de provocación moral favorecen de la integración de los inmigrantes en Europa, que dice defender esa progresía que aplaude hasta dolerle las manos este tipo de aberraciones.

¿Cree acaso la progresía y su fieles lacayos del movimiento LGBTI…, que este tipo de demostraciones de innecesaria obscenidad realmente van a ayudar a que los fieles islámicos acepten a las personas de condición no heterosexual a las que dicen representar?. ¿Y entre el resto de la mayoría social europea de raíces cristiana?

A la larga las principales victimas de este tipo de espectáculos de pretendido orgullo son los propios no heterosexuales, con independencia de si se adhieren o no a quienes se arrogan su representación.

Exigen un respeto que no conceden a los demás, y se sorprenden luego de que aumente el rechazo que además se extiende hacia aquellos que dentro de su misma tendencia sexual rechazan esas mismas conductas, convirtiéndolos en victimas inocentes de sus politicas de desestabilización social.

Y es que la progresía se basa en el más patético victimismo, incluso si hay que crear las condiciones necesaria para lograrlo y justificar su existencia y la exigencia de privilegios sectarios de los que beneficiarse.

Al fin y al cabo, lo presenciado en París ha sido un ejemplo más de la acelerada decadencia moral de Occidente favorecida por la progresía y fomentada por el movimiento LGBTI…. Supongo que eso debe ser lo que les llena de orgullo y satisfacción

Al parecer su orgullo se sustenta en la humillación hacia aquellos que quedan fuera de los grupos privilegiados por los postulados progres del neomarximo cultural

¿Hasta cuando va a seguir permitiendo la Sociedad esta dictadura del totalitarismo del Pensamiento Débil?

La decadencia llega cuando el hombre deja de fijarse en la naturaleza”

Leonardo Da Vinci

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