La mente colmena
La abejas son un ejemplo de la naturaleza de sociedad superjerarquizada donde todos trabajan por el bien común de la colmena, dispuestos a cualquier sacrificio y sabiendo todas lo que se espera de ellas y deben hacer en cada momento
En la literatura de ficción se ha empleado este concepto para describir una mente grupal en la que los individuos vinculados no tienen identidad ni libre albedrío y están poseídos o controlados mentalmente como extensiones de la mente de colmena.
Con frecuencia se asocia con el concepto de una entidad que se propaga entre los individuos y suprime o subsume su conciencia en el proceso de integración en su propia conciencia colectiva
Suelen describirse con un «cerebro de colmena» centralizado, la “reina de la colmena» en muchos casos, mientras que otros casos de muestran como un ente descentralizado similar a un sistema neuronal.
No deja de curioso que mientras en el pasado solían presentarse de forma crítica y negativa, recientemente se empiezan a mostrar representaciones más neutrales o hasta positivas.
Los cierto es que el empobrecimiento intelectual y la falta de capacidad racional, unido a la homogeneización ideológica que se busca a través de la manipulación cognitiva, y la imposición de la corriente de opinión única, lleva a establecer un paralelismo entre este tipo de sociedades ficticias literarias, y la realidad de sociedades hipercontroladas mentalmente hacia la que tiende la Humanidad
Todo ello implica la pérdida total de individualidad, identidad y personalidad. Los individuos que forman la colmena pueden especializarse en diferentes funciones, de manera similar a los insectos sociales.
Hay muchas vías posibles para lograr este objetivo, en algunos casos sinérgicas. Y el campo se amplía a medida que la Tecnología y la Ciencia avanza.
Desde las técnicas clásicas dictadas por la sociología, basadas en el miedo, el Poder de la Autoridad, el Miedo a la Libertad, el adoctrinamiento, la sugestión o la manipulación, todas ellas potenciadas por la facilitad de alcance e inmediatez que otorgan las tecnologías de la información y la comunicación, y el nivel de control que permite el internet de las cosas y el dinero digital, hasta posibles nuevas formas de integración mental futuras, basadas en las tecnologías de la ingeniería genética o la bioingeniería.
No hay que pensar mucho para imaginar cuál seria la sociedad deseable y deseada por unas élites psicopáticas que aspiraran al control universal y eterno de la Humanidad y creyeran en una “religión” medioambiental, el transhumanismo, el neomalthusianismo y la eugenesia.
Una sociedad alienada y adoctrinada al extremo, donde no exista el concepto de la libertad individual y donde cada individuo se supedite al interés general hasta el punto del autosacrificio más radical y extremo.
¿Creen que esto es imposible?. La Historia presenta muchos ejemplos de civilizaciones donde las personas estaban dispuestas voluntariamente al sacrificio último por la sociedad. Siquiera hay que remontarse a épocas antiguas ni a gestas históricas.
Sólo hay que recordar el Japón de la Segunda Guerra Mundial, sus pilotos kamikaces y cargas suicidas.
Y siquiera soñaban con el grado de control mental y los medios a disposición de los nuevos Dioses del Planeta.
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