Creando extremistas. La teoría de la cuerda.
2 personas sostienen una cuerda una por cada lado, y una tira del extremo. El otro tiene dos opciones, o se mueve, o tira en contrafuerza para equilibrar y mantenerse en el sitio.
Si reacciona en oposición, se le pone en evidencia y señala, sirviendo justificación para volver a tirar, contrapesando su tirón, entrando en un círculo vicioso donde cada vez se tira mas fuerte de cada lado, uno para arrastrar y el otro para mantener su posición.
En caso de ceder y moverse, seguirá tirando y tirando hasta acercarle completamente a el y quedarse con toda la cuerda.
El totalitarismo neomarxista cultural del pensamiento débil. Obra de la misma manera para lograr sus fines. Va extremando sus postulados progresivamente mediante la Ventana de Overton
Cualquiera que sea la postura adoptada, el extremista logra sus fines.
Una buena parte de la población acabará asimilándose y asumiendo los postulados por absurdos o ridículos que sean, renunciando a luchar para mantener su libertad intelectual, hasta perder totalmente su capacidad de pensar siendo absorbidos e incorporados a la mente colmena.
De los que queden, la mayoría se irán extremando para contrapesar la presión que reciben. Ello hará afianzar a su vez en cerebro un esquema de creencias en muchos casos adulterado por el sesgo de confirmación y el odio reactivo que irá anidando en su interior, haciéndoles perder la perspectiva y muchos casos la razón.
De esta forma serán señalados, buscando además a los más radicalizados para estereotipar al grupo y poder categorizarlo, criminalizarlo y ridiculizar sus posturas mediante el argumento ad hominem.
Al final, cualquier argumento que cuestione sus postulados por ridículos que estos sean, será inmediatamente categorizado y despreciado sin siquiera considerar su contenido.
De hecho al extremarse y perder así la perspectiva y la objetividad, serán a su vez fácilmente manipulables sea por quienes quieren oponerse al ideario absurdo que se les confronta, o incluso por su propio enemigo buscando así hacerles caer también en el absurdo tal y como hacen con quienes siguen sus postulados.
Pero siendo así que ni tirar de la cuerda ni dejarse llevar son posturas útiles y practicas, ¿Cual es la postura correcta?
No jugar su juego. Cortar la cuerda. Mantener la independencia de pensamiento y criterio propio, sin dejarse llevar por las provocaciones.
Ello no impedirá la categorización y criminalización por disentir, pero al menos no se perderá la perspectiva y la independencia intelectual, manteniendo la mente abierta.
Sólo creando una amplia red interconectada de librepensadores abstraídos del juego del absurdo que proponen las élites a través de su control de la información se puede llegar presentar la batalla cultural e intelectual para confrontar al enemigo.
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