Las personas de alto Valor
Una de los principales efectos de la imposición del Totalitarismo del Pensamiento Débil y sus Políticas “Progres”, especialmente las de género, con el hembrismo a la cabeza, es la destrucción de las relaciones interpersonales, familiares, y muy especialmente la transformación de la forma de relacionarse afectivamente entre varones y mujeres.
Y es que la destrucción de garantías jurídicas, el principio de igualdad, la generalización de las políticas de discriminación y privilegios de género, está generando un creciente recelo entre los hombres y hasta una incipiente misoginia que genera un aumento de reticencias o miedo al compromiso y falta de deseo a formar una familia de buena parte de los varones por riesgo a ver su vida arruinada, incluso sin el menor motivo.
Ello está aumentado la frustración de muchas mujeres jóvenes, y no tanto, que desean formar una pareja estable, y tan sólo se sienten tratadas como trozos de carne consumible por parte de los hombres sin interés alguno por el compromiso, pero que ellas mismas elijen.
La banalización del sexo por parte de las mujeres y el miedo al compromiso de los hombres han roto en gran medida el paradigma tradicional de que la mujer tiene el control del sexo, dado que casi cualquier mujer no tiene problemas de tener sexo si lo desea y el hombre del compromiso, puesto que son ellos quienes eligen la pareja sexual que desean para formar familia.
Además de las descritas políticas hembristas, hay otros factores que redundan en acentuar este proceso:
- El proceso de infantilización social hace que muchas personas se nieguen a asumir responsabilidades como la de formar una familia o un compromiso duradero.
- Insana búsqueda de la una falsa felicidad fundamentada en el placer hedonista.
- Falta de autoestima, auto respeto y amor por uno mismo que impide estimar respetar y querer a los demás.
- Se busca en el sexo esporádico y la seducción sucesiva o simultanea de múltiples parejas un instrumento para compensar esa falta de autoestima personal.
- Falta de tolerancia a la frustración y elevación de las estándares de exigencia hacia los demás que no se corresponde con lo que se está dispuesto a ofrecer.
- Empobrecimiento generalizado de una parte de la población y aumento de la incertidumbre económica que dificulta las posibilidades de independizarse y formar una familia.
- Las nuevas formas de relacionarse a través de redes sociales especializadas, que aumentan la oferta de “carne” generan adicción y desvalorizan a las personas.
- Superficialidad, falta de perspectiva y correcta percepción de la realidad que genera expectativas y exigencias demasiado elevadas.
Esto último es especialmente cierto entre las mujeres que, según muchos estudios, sobrestiman sus cualidades, especialmente físicas, creyéndose por ello merecedoras de hombres que están muy por encima de sus verdaderas cualidades, rechazando así a otros dentro de sus posibilidades, mientras pasa su “tiempo”.
Las más de las veces esos hombres a los que aspiran no van a elegirlas como parejas estables, sino tan solo usarlas como mero entretenimiento temporal
Todo ello es un juego en el que participan hombres y mujeres, pero que perjudica especialmente a la mujer por razones obvias de la naturaleza de la fertilidad, que hace caducar su potencial como parejas estables para crear una familia, 20 años antes que los hombres, y que hace que muchas adopten decisiones desafortunadas llevadas por la edad.
Desgraciadamente, mientras un hombre de 40 soltero y bien posicionado “es un soltero de oro”, más allá de los 35 la mayoría de los hombres valiosos ya no ven a las mujeres como un plan de vida.
De esta forma muchas mujeres, se sienten traicionadas por la “vida” una vez perdida su ventana de oportunidad, engañadas o sugestionadas por las doctrinas hembristas que las animan a replicar los patrones de conducta masculinos y renunciar a su femineidad, desvalorizándose a la vista las potenciales parejas idóneas, tan sólo una minoría de los hombres.
Es por todo este conjunto de circunstancias que el hembrismo y progresismo han creado las condiciones para que una parte significativa de las mujeres de más de 45 años, se sientan fracasadas a nivel afectivo y acaben cuadros crónicos de depresión y angustia, drogadas de por vida con ansiolíticos y antidepresivos recetadas por un sistema sanitario que no tiene ningún interés en sanarlas.
Muchas entran en la ruleta de las relaciones toxicas animadas por su miedo a la soledad y el vacío existencial, confiando en la lotería de que toque en suerte su príncipe azul, mientras van minando su autoestima.
Porque la cruda realidad es que hay que preguntarse por qué un hombre de más de 45 años está en el mercado de la “carne”. Y la mayoría de las respuestas evidentemente conducen a pensar que no serán personas interesadas o adecuadas para el compromiso que la mayoría de las mujeres esperan.
Frente a ello, surge con fuerza el concepto del “hombre de alto valor” entre las mujeres solteras, hartas de ser usadas e instrumentalizadas, y topar con cretinos sin compromiso ni interés.
En realidad la esencia del concepto es tan antiguo como la misma Humanidad, por razones obvias que derivan de la propia biología y antropología social.
Mientras el varón, tan sólo desea reproducirse, y no tiene prisa por hacerlo, la mujer busca el mejor reproductor para su descendencia. Y ello en un sentido muy amplio del término que incluye en muchos casos de manera subconsciente requisitos a veces no tan deseables como pueda parecer, que pueden llevar a la hibristofilia, atraídas por una masculinidad toxica.
Es evidente que las cualidades que deben revestir a esos “hombre de alto valor” difieren de unas mujeres a otras. En general son un compendio de cualidades físicas, intelectuales, emocionales y materiales.
Estas condiciones incluso pueden cambiar con el paso de los años y la evolución personal, y generalmente son tanto más frívolas y materialistas, cuanto menos valor tiene la propia mujer.
Pero también los hombres de alto valor, que quieren comprometerse de forma estable, tienen sus propios requisitos que debe cumplir la mujer que estimen adecuada para fundar una familia o establecer una relación estable.
Sin embargo, en la moderna sociedad de zombis intelectuales que está creando las ideologías del pensamiento débil estar personas de valor cada vez son más escasas.
Es un problema de falta de valores y de valorización que hay en la Sociedad moderna.
Por un lado está la destrucción de los principios y valores morales, que busca la destrucción de los fundamentos de la Sociedad, entre ellos destruir las relaciones de pareja y muy especialmente la familia a través de los más diversos y a veces incluso intrincados mecanismos.
Junto a ello la desvalorización de los individuos, a los que se despoja de su dignidad, autoestima y con carácter general su inteligencia emocional.
Ambos procesos son sinérgicos y se autoalimentan el uno a otro, al tiempo que son impulsados por los promotores del totalitarismo del pensamiento débil mediante sus políticas progres.
Por tanto, más allá del propio significado que tenga el concepto de valor aplicado a las relaciones interpersonales y su interpretación según el sexo, y las propias aspiraciones y valorización cada propia persona en base a sus propias aspiraciones, se pueden profundizar en cuáles son las cualidades que con carácter general deben estar presentes en una persona de alto valor, y valores.
- Alto conocimiento personal y autoestima
- Tiene metas y aspiraciones elevadas y lucha por lograrlas
- Inteligente y culta, siempre dispuesta a desarrollar nuevas habilidades
- Alto nivel de inteligencia emocional, autocontrol y empatía
- Sabe comunicar, escuchar y generar confianza
- Responsable y con principios morales
- Atenta, detallista y generosa
- Sencilla y humilde. Sabe pedir perdón cuando es necesario
- Consecuente y sin miedo a equivocarse. Reconoce y aprende sus errores
- Se preocupa por las personas de su entorno
- Muy selectiva con las personas que entran en su vida
- Autosuficiente
- No necesita ni busca la aprobación de los demás
- Añade más valor del que recibe
- Asertiva, Sabe convencer sin usar la violencia física o verbal
- No culpa a los demás de sus fracasos ni se rinde por las adversidades
- No buscan, atraen, y escogen
Como desarrollo en mi libro, “Sobrevivir al Apocalipsis Zombi”, una persona que no se respeta ni valora a si misma ni puede valorar ni respetar a los demás, por tanto tan solo personas de alto valor pueden realmente reconocer y apreciar verdaderamente los valores que ofrece otra personas de alto valor.
El valor de las propias personas depende en gran medida de las personas de las que se rodea y que permite entrar en su vida.
Cuando alguien se rodea de personas de bajo valor generalmente acaba ella misma perdiendo valor tanto real como percibido por los demás, dado que un entorno no estimulante tiene a reducir las propias aspiraciones y aumentar la autocomplacencia.
Es por ello que desarrollar las cualidades que nos acerquen a la meta de ser personas de alto valor pasa por saberse rodear de otras personas de alto valor que estimulen nuestra ambición por mejorar.
Si te ha gustado este articulo, puede que también sea del interés de tus contactos y amistades.
Compártelo a través de tus Redes Sociales y contribuye a hacerlo llegar al resto de la sociedad
Sobrevivir al apocalipsis zombi
Cuando pensar se convierte en un peligro
Quien no quiere pensar es un fanático
quien no puede pensar es un idiota
quien no se atreve a pensar es un cobarde
