Sobrevivir al apocalipsis zombi. Cuando pensar se convierte en un peligro

España. Una Economía quebrada.

No me canso de escuchar en los medios afines, es decir el 99%, lo bien que va  la Economía.

Salen catedráticos en Economía como hongos a contarnos en la “Secta” de Ferreras lo bien que le va a ir a España. Incluso la Banca y otras instituciones financieras en sus informes bendicen y refuerzan esa idea de que todo va bien.

Me recuerdan a “Papa Botín”, animando a la gente a  ir tranquilos de vacaciones y consumir en el 2008, para encontrarse a la vuelta sus empresas cerradas.

Pero, ¿cuál es el verdadero estado de la Economía española?

Al final dato mata a relato.

Emplearé aquí los datos que aporta la pagina datosmacro.expansion por estar muy actualizados

Lo primero, que hay que señalar es que cualquier análisis está fuertemente distorsionado por la convulsión pandémica de 2020. Por lo que para ver el estado de la economía y su evolución temporal conviene comparar la situación actual con la previa a la pandemia. Es decir 2019.

A falta de datos definitivos de 2022 lo primero es comparar la evolución del PIB, el Gasto Público y la Deuda Pública entre 2019 y 2021

Puede verse como el Gasto Público a precios reales se ha incrementado un 16%, mientras el privado se ha reducido en similar proporción.

De esta forma, el Gasto Público ha llegado a representar más del 50% de la economía española en tan solo 2 años, intentando compensar, al menos en parte, la destrucción del tejido productivo del sector privado.

Formalmente estamos entrando en la senda de una economía estatalizada.

De hecho, desde el advenimiento del Amado líder en 2018, se han creado más de 500000 puestos de trabajo públicos en España. De ellos más de 70000 en el último semestre de 2022.

Esto, y el aumento del empleo a tiempo parcial, es lo que maquilla la cifra de empleo. De hecho se observa como el número de horas trabajadas desde la llegada del “Doctor”, se han estancado pese a crecer el número de empleados.

Menos trabajo, de peor calidad y mal remunerado.

De hecho la observación del crecimiento de los salarios y la inflación muestra una evidente pérdida de poder adquisitivo de las familias.

En cuanto a la recuperación, se suponía que la caída del PIB de 2020 debería haber sido compensada totalmente en 2021 en una recuperación en V al ser por causas exógenas.

Y así ha sido en prácticamente todos los países menos España, que apenas recuperó un 4,9%, Real (0,885×5,6%=4,9%), de lo perdido en 2020 en relación a 2019. Cuando lo normal hubiera sido que recuperara el 100% y hubiera además crecido al menos otro 2%.

Comparemos ahora la deuda pública por períodos.

En 2019 aumentó 15.000 millones de Euros, un 1,2% del PIB.

En 2020 122.000 millones de euros, un 11% sobre el PIB.

En 2021, a pesar de la “recuperación”, se requirieron 82.000 millones de euros para apuntalar la economía. Eso representa un 6,5% del PIB.

Pero en 2022 hemos ido a peor, ya que a la vista de la evolución hasta noviembre, es previsible que superen los 85.000 millones de euros a final de año, a pesar de la recaudación récord que ha incrementado las arcas públicas, a costa de ciudadanos y empresas en 35000 millones de euros.

Y eso sin contar decenas de miles millones de euros en ayudas de la UE, de las que nadie sabe muy bien su destino.

Sin ese dinero con el que pagar pensiones, funcionarios y demás pesebre público, con el que animar el gasto privado, el crecimiento del PIB hubiera sido negativo. Es decir hubiéramos seguido en recesión.

Por tanto la situación en 2022 no tiene comparación con la preexistente en 2019.

La Deuda Pública ha superado los 1,5 billones de euros. A ella, hay que sumar otras obligaciones del Estado por más de 300.000 millones de euros que aumenta la cifra a más de 1,8 billones. Algunos cálculos indican que esa cifra incluso supera los 2 billones de euros.

Es decir, una familia media de 4 personas tiene una “hipoteca pública” de al menos 154.000 millones de euros, tirando por lo bajo.

¿Y cómo ha ido 2022?

Tal y como se ha analizado en la entrada anterior de este blog, Crecimiento económico. ¿Tezanazo del Gobierno?, los datos no concuerdan con el relato del Gobierno y las agencias y organismos económicos públicos y privados, interesados en sostener el sistema moribundo mientras aún puedan seguir exprimiéndolo, y no tengan listo su reemplazo.

El empleo, nominal, ha crecido tan sólo un 1,4%, y de ese dato una buena parte se debe a la creación del empleo público.

El PIB, con esos datos y la actualización de los datos trimestrales de PIB conforme a la inflación hace pensar que difícilmente crecido mucho más de un 2% y posiblemente llevemos ya 2 trimestres en real recesión, que seguramente se evidenciará en toda su magnitud en el primer semestre de 2023.

Tan sólo es Gasto Público y sobretodo la Deuda Pública apuntalan la Economía, mientras la inversión, la economía real, no para de caer.

En otra entrada previa, España. Una Economía camino al abismo, ya se analizaba el trascendental cambio en la estructura económica que había sufrido el país desde el advenimiento del “Amado Líder”, con la brutal caída de la actividad privada, sustituida por gasto público. Pesebre y clientelismo

En 4 años el peso del gasto público se ha incrementado hasta representar más del 50% de PIB.  Un aumento consiguiente del ineficiente sector público, del sector privado dependiente de gasto público, contratas y subcontratas, suministradores, y de las transferencias a pensionistas y otros, cada vez más, dependientes de ayudas para sobrevivir.

Sin ese dinero animando el consumo privado, la quiebra de España hubiera sido ya más que evidente, y con ello la revolución social de aquellos cuya voluntad es comprada por el dinero público, más de 16 millones de perceptores periódicos, directos e indirectos

 ¿Y en 2023?

El escenario es poco halagüeño.

A las ineficiencias de la Economía acrecentadas por la falta de reformas estructurales que desincentiva la inversión productiva, hay que añadir el aumento del Euribor, con las demoledoras consecuencias para aquellas familias hipotecadas en la gran estafa inmobiliaria promovida en la primera década del siglo.

Y todo ello en un contexto de inflación que se ceba nuevamente de forma especial en la economía de las familias.

Es previsible que la orgía de Gasto Público continúe y se acentúe a toda costa y todo coste, tanto para seguir enmascarando el putrefacto olor de una economía en descomposición, como para echar forraje al pesebre público, en un intento de revertir los augurios de una derrota electoral.

Ello no hará sino empeorar el problema del Gasto Público, que además se disparará cuando se ajuste el poder adquisitivo de sueldos y pensiones públicas, y se trasladen a los contratos públicos los sobrecostes de la inflación.

España tiene adicción a una droga que se llama Deuda Pública con la que se dopa para generar un supuesto bienestar artificial a la Sociedad que la adormezca, sin pensar en el nefasto efecto que ello tiene para la salud del cuerpo económico y social a largo plazo.

Pero ahora nos encontramos con otro problema,  el interés de la Deuda. Los inversores privados de hecho están perdiendo dinero ahora mismo como consecuencia de la inflación. Y además al subir los tipos de interés del dinero la Deuda Pública pierde  atractivo salvo que suban su propio interés.

De momento la baja retribución bancaria del ahorro está haciendo que se esté trasladando al mercado de Deuda a corto plazo, necesitado de inversores ahora que el BCE está iniciando su repliegue.

Sin embargo, ello tan sólo significa que dicho dinero no se dedica a inversión productiva, por la desconfianza e incertidumbre que genera el Gobierno socialcomunista, y la falta de rentabilidad lastrada por las ineficiencias generadas a lo largo de los últimos 40 años.

Con un 150% de Deuda sobre el PIB, cada punto que suban los intereses añadirá 1,5% de Gasto adicional sobre el PIB en pagar intereses.

Un modelo económico basado en deuda pública n es sostenible a largo plazo. El crecimiento solo puede venir de la Economía real, y para ello hay que estimular el emprendimiento y la inversión productiva.

Sin embargo, llevamos 4 décadas destruyendo la capacidad productiva de la Economía, generando y acrecentando ineficiencias en el modelo que desincentiva la inversión productiva. Todo, en un contexto de desmoronamiento moral de la sociedad, destrucción de la cultura del mérito y del esfuerzo, fomento de la ignorancia y destrucción de inteligencia emocional y resiliencia.

Y para empeorar la situación, el problema del envejecimiento de la población, con un incremento progresivo del peso del gasto en pensiones y servicios sociales, que serán inasumibles si no se genera un fuerte impulso al crecimiento económico en la próxima década, que compense los más de 14 años en los que la Economía española de hecho ha decrecido en términos de PIB.

De esta forma se ha acrecentado la brecha que nos separa de los países más desarrollados en lugar de cerrarse como consecuencia del exceso de recursos productivos y mejora potencial de la productividad marginal en relación las economías más avanzadas.

Conviene recordar que España tiene una tasa de paro “oficial” del 13%, pero en realidad seguramente supera el 15%, unida a una alta tasa de temporalidad y cada vez más trabajo a tiempo parcial, unido a una baja productividad del factor trabajo.

Puede alegarse ante este oscuro panorama, que Sánchez heredó de sus antecesores un país ya gravemente lastrado. E incluso que las circunstancias internacionales no han sido las más favorecedoras.

Se obvia que estas condiciones económicas han sido las mismas para todos, e incluso peores para mayoría, y sin embargo, la UE en conjunto ha crecido un 3,5%, en un contexto en el que ya se había recuperado lo perdido  y por tanto era crecimiento REAL, no recuperación. Tampoco ha tomado el Amado Doctor ninguna medida de reforma estructural que corrija las ineficacias que lastran el emprendimiento y la inversión, más bien o contrario.

Además, las expectativas no sitúan en el último lugar en cuanto a las expectativas de recuperación de aquí a 2025.

Y eso que el dato de España es muy optimista al estar lastrado por el falso dato de crecimiento del 5,5% del PIB en 2022, cuando en realidad no supera el 2,7%,  La economía española ha crecido en 2022 un 2,7 %, no un 5,5 %

(https://www.eldebate.com/economia/20230131/economia-espanola-crecido-2022-2-7-no-5-5_89802.html), lo cual nos deja a casi 4 puntos del PIB de 2019, en lugar del 0,9 anunciado.  Lo deja el crecimiento del periodo sustancialmente por debajo de cero.

Mientras tanto, las famosas y necesarias reformas estructurales, ni están ni se las espera. De hecho ya siquiera se habla de ellas, ni a diestra ni a siniestra del espectro político. Al parecer están más interesados en satisfacer los intereses de sus amos globalistas, aún a sabiendas del precio que deberá pagar la sociedad. “No tendrás nada, y serán felices”.

Pero en la tele no paran de salir catedráticos de economía explicando lo “razonablemente bien” que va la España del “Doctor” Sánchez, haciendo loas al Amado Líder, mientras las instituciones financieras y la Banca, callan, otorgan, y se siguen llevando su parte.

Son los mismos autocomplacientes que no advirtieron de la crisis del 2008, más bien la animaron, y los que durante estos últimos 14 años han seguido encamados con los interesados de que todo siga igual.

Y es que, aunque la sociedad se siga empobreciendo en lo moral, lo intelectual y lo económico, a muchos les va muy bien, y otros, simplemente siguen pastando del pesebre publico sin preguntarse de dónde viene la paja.

Asistimos al vergonzoso reparto de la tarta, donde un innumerable e incalificable grupo de colectivos sociales, laborales y económicos, pugnan por lograr una porción más grande, sin considerar que, lo que de más se lleven ellos, deberá ser quitado a otros, normalmente más vulnerables y con menos poder de influencia. Es el reparto de los despojos de un modelo en declive, más bien decadencia.

Sin embargo, la solución real, no es pelearse por las migajas, sino hacer una tarta más grande que permita a todos porciones más generosas. Una tarta que debe ser realizada con el concurso de todos y el sacrificio de los que más se han beneficiado hasta ahora del reparto.

Todo ello en un contexto de una sociedad occidental decadente, con un modelo económico agonizante y a punto de derrumbarse, o más bien ser demolido, y en el que solo los más fuertes, los mejor preparados, lograran sobrevivir, o más bien, evitar ser sometidos.

Por tanto, hay que apostar por la economía real, la inversión productiva, el libre mercado, la innovación y el emprendimiento, eliminando toda traza de obstáculo al desarrollo económico, con independencia de los privilegios e intereses que deban ser soslayados y segados para ello.

Si no, pronto se cumplirán los tristes pronósticos de Adrian Rogers,

„Cuando la mitad de las personas llegan a la conclusión de que ellas no tienen que trabajar porque la otra mitad está obligada a hacerse cargo de ellas, y cuando esta otra mitad se convence de que no vale la pena trabajar porque alguien les quitará lo que han logrado con su esfuerzo… Eso, mi querido amigo… ¡es el fin de cualquier nación!“

Si te ha gustado este articulo, puede que también sea del interés de tus contactos y amistades. 
Compártelo a través de tus Redes Sociales y contribuye a hacerlo llegar al resto de la sociedad
Sigue las novedades del blog uniéndote a los canales de whatsapp y telegram en los siguientes enlaces de acceso

Whatsapp

Telegram

Sobrevivir al apocalipsis zombi. Cuando pensar se convierte en un peligro

Sobrevivir al apocalipsis zombi
Cuando pensar se convierte en un peligro

Quien no quiere pensar es un fanático
quien no puede pensar es un idiota
quien no se atreve a pensar es un cobarde

3 tardes más de Economía. España ante el abismo

3 tardes más de Economía. España ante el abismo

Descubra la travesía de las últimas 4 décadas de España hacia su ruina económica , las causas, los culpables ,y las posibles soluciones

3 tardes de economía. Crisis y oportunidad

3 tardes de economía. Crisis y oportunidad

El libro imprescindible para conocer las razones de la decadencia de la economía de la Unión Europea y el fracaso del Estado del bienestar

3 comentarios. Dejar nuevo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.
Tienes que aprobar los términos para continuar

Aviso sobre Cookies en WordPress por Real Cookie Banner