El fracaso de la prevención de Riesgos Laborales en España
Hace unas semanas analizaba la Prevención de Riesgos Laborales en las Fuerzas Armadas con ocasión del desgraciado accidente que provocó la muerte de dos militares en un ejercicio debido a una grave negligencia del Mando.
El análisis de los datos disponibles, conducían a la sorprendente, o tal vez no tanto, conclusión de que en realidad la gestión de los Riesgos Profesionales en la Fuerzas Armadas, con carácter general, era manifiestamente mejor a la que se desarrollaba en las empresas civiles, especialmente si se considera el tipo de riesgos a los que se ven sometidos los profesionales militares.
Y es que cuando uno analiza los datos de fallecidos en accidentes laborales, y sobre todo su evolución a lo largo de los años, no puede menos que alarmarse del profundo fracaso de las políticas de prevención en el sector civil, envuelto en complacencia, desinterés social y un absoluto desprecio por la integridad de los trabajadores.
Reconozco mi absoluto estupor al analizar las cifras fallecidos y su evolución, especialmente recordando mis tiempos de universidad hace ya más de 30 años, estudiando mi primera carrera, Graduado Social, y coincidiendo con los inicios de la normativa de Prevención de Riesgos Laborales moderna.
Recuerdo especialmente la ilusión del profesor al explicarnos como iba a cambiar la seguridad laboral en las empresas, y los frecuentes ejemplos de disparates de inseguridad laboral que acaecían en las empresas de los 80 e inicios de los 90.
Desgraciadamente poco parece haberse avanzado al respecto en 30 años, a pesar de los recursos que se dedican a este asunto. Y es que la diferencia entre invertir y dilapidar el dinero a veces es una fina línea, que en el caso de la prevención además se acompaña muchas veces de dramas humanos irresolubles.
996 fallecidos hubo en 1995, año de la aprobación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, frente a los 826 de 2007, momento en que explota la burbuja de la construcción o los 711 de 2022.
Creo que seria difícil de definir como un éxito esta evolución temporal de la reducción de la siniestralidad laboral, pero aún lo es menos si se entiende el contexto y la evolución reciente de los datos.
Conviene tener en cuenta 5 factores a la hora de analizar los datos presentes y pretéritos:
1º En los últimos 40 años se ha destruido buena parte del tejido productivo industrial, y reducido notablemente el número de trabajadores del sector primario. A ello hay que unir la caída del sector de la construcción desde 2007.
Estos son los sectores con mayores riesgos laborares intrínsecos, por lo cual la caída en el empleo en los mismos hubiera debido llevado por si mismo a una reducción de la mortalidad laboral muy superior a la que muestran los datos.
2º En 2007 se trabajaban en España 33000 millones de horas frente a las 28000 millones de 2022, por lo cual la tasa de mortalidad por horas trabajadas no ha mejorado, incluso a pesar de la caída de la actividad del sector de la construcción, el de mayor siniestralidad laboral.
3º Se han reducido los accidentes mortales de trafico de vehículos pesados en más de un 75% desde 1995. buena parte de estos muertos engrosaban también las estadísticas de muerte laboral de conductores profesionales en su jornada de trabajo.
Y es que el éxito en la reducción de los accidentes de tráfico es una perfecta muestra de en qué medida ha fracasado la prevención de riesgos laborales en España
4º Las mejoras en las técnicas de gestión, el know how y retroalimentación de años de experiencia, así como las mejoras de las tecnologías de las maquinas herramientas y los equipos de protección individual y colectiva, no se ha traducido en una mejora de la seguridad, como ha sido por ejemplo el caso de la mortalidad por accidentes de circulación, los cuales se han reducido un 75% en computo total y en casi un 85% en relación al volumen total de vehículos y km realizados
¿Por qué no ha habido una evolución similar en la siniestralidad laboral a la de la accidentabilidad de tráfico a pesar de todas las condiciones descritas?. Es algo que intentaré explicar en un tercer articulo de esta serie sobre los riesgos laborales, y que desgraciadamente temo no va a dejar contento a nadie.
5º Hay de hecho un progresivo y sustancial aumento de la mortalidad laboral a partir de 2013 en que se alcanzan los 447 fallecidos, hasta llegar a los 711 casos de 2022, un 60% de incremento a pesar de que apenas ha habido un incremento sustancial de las horas trabajadas durante el periodo.
Por tanto se puede observar que realmente estamos asistiendo en la ultima década a un progresivo e intenso deterioro de la protección laboral en España con el drama que ellos supone para miles de trabajadores que cada año pierden la vida o sufren una grave incapacidad como consecuencia de accidentes laborales graves. Un problema que se traslada a sus familias
Más 15000 trabajadores han muerto desde el año 2000 y decenas de miles mas han quedado discapacitados de por vida. El 94% varones.
Y ello puede ser tan sólo la punta del iceberg se la siniestrabilidad laboral, habida cuenta del absoluto desprecio que existe en la cultura de la prevención en España hacia los riesgos psicosociales y epidemiológicos propios de las enfermedades profesionales
Seria interesante poder saber cuántos de los mas de 4000 suicidios anuales tienen consecuencia directa o indirecta en las condiciones laborales y pudieran evitarse o prevenirse con las adecuadas políticas de prevención de los riesgos psicosociales laborales.
Todo esta dejadez e indolencia hacia la elevada mortalidad laboral, se da en un contexto de histeria colectiva desarrollado a partir de las estrategias de manipulación mediática descritas por Sylvain Timsit, que esta creando en la Sociedad un clima de odio social hacia el varón con la excusa de una falsa violencia de genero cuyas raíces reales, la hibristofilia de buena parte de las mujeres, distan mucho de las causas con las que se pretende justificar las medidas de destrucción de garantías sociales y conflicto de sexos para imponer un hembrismo irracional y destructor de los cimientos de la misma Sociedad.
Para ello se dedican recursos ilimitados y se imponen a las empresas costes asociados que destruyen su competitividad, mientras la seguridad laboral apenas preocupa a pesar de que su impacto real en la Sociedad en más de un orden magnitud superior al de la supuesta violencia de género sistemática y generalizada del varón, español, contra la mujer.
Porque parece que desde hace unos años lo único importante en las empresas en cumplir con las políticas progres de inclusividad y demás mamarrachadas e incoherencias que se les imponen desde las elites sin importar las consecuencias que ello está teniendo en el desarrollo de actividades empresariales.
El fin justifica los medios para los sectarios ideologizados que se rigen por sus dispensas ideológicas, moral, intelectual y practica, y los tontos útiles, ignorantes y pobres de espíritu que les siguen el juego llevados por su “Miedo a la Libertad”.
Porque esta degradación progresiva de la prevención de riesgos laborales, es simultanea a la de otros conceptos como son la calidad, el clima laboral, o la productividad, y sus causas en muchos casos son coincidentes, tal y como se expondrá en una próxima entrada del Blog.
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