España y la “Ilusión” del crecimiento (1)
Acaba el año pero no los mensajes triunfalistas sobre los éxitos económicos de la Economía planificada española, que proclaman a los cuatro vientos los voceros del Régimen, sin la menor contestación de los que dicen llamarse “oposición”, dando por cierto lo dicho, bajo el axioma de que “el que calla otorga”.
Y es que no parece haber nadie dentro de la superestructura social con interés o deseo de despertar a la Sociedad del estado hipnótico en el que vive, gracias a la “ilusión” de la prosperidad que se sostiene a base de pesebre público alimentado de deuda públicas y ayudas económicas.
No es de extrañar. Porque mientras se siga manteniendo la ilusión, y la infantilizada Sociedad no sea despertada repentinamente de su sueño, son muchos los que siguen beneficiándose de esta Economía ficticia centrada en el lento empobrecimiento sistemático de la población, aprovechando los principio de la Ventana de Overton.
Porque como en la fabula de la rana cocinada viva, no hay nada como ir dando poco a poco calor al agradable baño tibio, para lograr que una Sociedad acabe por cocerse sin darse cuenta de su triste final hasta que ya es demasiado tarde.
Se nos vende así que según sus propios cálculos estadísticos, a los que se puede dar la misma fiabilidad que se desee dar a los de Tezanos, la Economía crecerá un “increible” 2,4%.
Sin embargo, según los propios datos oficiales, si ajustamos el PIB de 2019 a la inflación, el crecimiento real en los 4 últimos años de Régimen Sanchista sería de un 1%.
Es decir un 1,4% de ese supuesto crecimiento sería aún recuperación de lo perdido en 2020.
Todo ello a pesar de los casi 350000 millones de Deuda Pública, mas decenas de miles de millones de ayudas europeas, un total de mas 83000 millones hasta 2026.
Sin embargo este panorama desolador que esconde la letra pequeña los datos macroeconomicos, tan sólo es la punta del iceberg de la debacle de la economía real.
Y es que en realidad, si se descontara el efecto de las ayudas de la UE, la Economía se hubiera contraído oficialmente un 0,1 %, al estimar el propio Gobierno un impacto en el PIB de las misma de un 2,5%.
Un dato muy conservador que, de ser cierto, tan sólo demostraría la falta de capacidad del Gobierno para aprovechar plenamente el potencial de dichas ayudas para el relanzamiento de la Economía.
Por tanto, si se descontase el efecto de la ayudas coyunturales de éste y los años anteriores, la Economía española aún estaría sumida en el profundo agujero en que cayó por la catastrófica gestión de la pandemia, con un sector privado en franco declive e incapaz de generar actividad economía para sostener el creciente pesebre público que ya mantiene a más de 2/3 de los españoles
Lo peor es que el grueso de estas ayudas siquiera han ido dirigidas a generar verdadera inversión productiva en la Economía real, que creara puestos trabajos competitivos y de calidad, que ayudaran a reactivar la economía privada, y mejorar la competitividad, los salarios y el poder adquisitivo de los ciudadanos.
Por contra el Gobierno a través de sus medidas económicas, y muy especialmente del impulso de las políticas “progres”, no hace sino seguir desincentivando el emprendimiento y la inversión productiva, y arruinando a un número creciente autónomos y pequeños y medianos empresarios, tal y como indica nuestra primacía con varios cuerpos de ventaja, en la lista de países con mas quiebras empresariales.
España por tanto debería crecer a ritmos superiores al 5% anual durante 10 años para poder cerrar la brecha de productividad y desaprovechamiento de recursos, ponerse a la altura de los países mas desarrollados y poder garantizar a la Sociedad el sostenimiento del creciente gasto en pensiones y una calidad de vida digna a sus ciudadanos, sin que una parte significativa de los mismos tenga que depender de la limosna pública o tener que subsistir de empleos mal pagados mientras más de la mitad de lo que genera es incautado por el Estado para sostener el creciente pesebre público.
Un país con el volumen de recursos humanos y financieros desocupados o mal aprovechados, con una gran brecha de productividad y salarios respecto a los países mas avanzados, y la privilegiada situación respecto a los países del norte de Europa respecto de la crisis energética que les afecta, debería estar atrayendo inversión productiva interna y externa masiva para aprovechar dichas ventajas, sino fuera porque las mismas no son compensadas por los riesgo que genera la inestabilidad política y los sobrecostes de una administración pública deficiente.
Mientras, España es el tercer país con mayor porcentaje de población en riesgo de pobreza después de Bulgaria y Rumanía con una cuarta parte de la población en dicha situación.
Sin embargo, lejos de buscar soluciones a los problemas estructurales de la Economía española, estos se enmascaran y ocultan a una Sociedad que va progresivamente adaptándose a su perdida de poder adquisitivo, al tiempo que otros muchos se aprovechan del modelo económico de “Papa Estado” en declive, mientras “la vaca sigan dando leche” sin querer pensar que es insostenible y lo que pasará cuando se agote definitivamente el modelo económico.
Y es que la mayoría prefiere vivir ilusionados en una mentira que tan sólo refuerza la irreal ilusión de prosperidad económica que enmascara el camino al abismo y la quiebra de España.
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